Ciudad del Vaticano.- El Papa Benedicto XVI pidió hoy a los periodistas poner su pluma al servicio de la verdad y las causas nobles al recordar a la figura del primer beato comunicador, el español Manuel Lozano Garrido.
Al finalizar el rezo del Angelus dominical ante varios miles de personas en la Plaza de San Pedro del Vaticano evocó la figura de “Lolo”, discapacitado y comunicador que la víspera fue beatificado en la ciudad española de Linares, Andalucía.
“Los periodistas pueden encontrar en él un testimonio elocuente del bien que se puede hacer cuando la pluma refleja la grandeza del alma y se pone al servicio de la verdad y las causas nobles”, ponderó.
El pontífice señaló que Lozano Garrido fue un fiel laico que “supo irradiar con su ejemplo y sus escritos el amor a Dios”, incluso entre las dolencias que lo tuvieron sujeto a una silla de ruedas durante casi 28 años.
Recordó que al final de su vida perdió también la vista, pero “siguió ganando los corazones para Cristo” con su alegría serena y su fe inquebrantable.
Además el obispo de Roma saludó cordialmente a los grupos de lengua española que participaron en esa oración mariana, en particular a los fieles procedentes de México y Colombia.
notimex.com.mx
Al finalizar el rezo del Angelus dominical ante varios miles de personas en la Plaza de San Pedro del Vaticano evocó la figura de “Lolo”, discapacitado y comunicador que la víspera fue beatificado en la ciudad española de Linares, Andalucía.
“Los periodistas pueden encontrar en él un testimonio elocuente del bien que se puede hacer cuando la pluma refleja la grandeza del alma y se pone al servicio de la verdad y las causas nobles”, ponderó.
El pontífice señaló que Lozano Garrido fue un fiel laico que “supo irradiar con su ejemplo y sus escritos el amor a Dios”, incluso entre las dolencias que lo tuvieron sujeto a una silla de ruedas durante casi 28 años.
Recordó que al final de su vida perdió también la vista, pero “siguió ganando los corazones para Cristo” con su alegría serena y su fe inquebrantable.
Además el obispo de Roma saludó cordialmente a los grupos de lengua española que participaron en esa oración mariana, en particular a los fieles procedentes de México y Colombia.
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